Se abordará mediante un proceso integral, gradual y profundamente reformador que restablezca la propiedad privada, garantice la seguridad jurídica y reactive la productividad nacional. El Gobierno en el Exilio impulsará una transición hacia una economía libre, basada en la iniciativa individual, la libre empresa y la apertura a la inversión nacional y extranjera bajo reglas claras y estables. Se priorizará la reconstrucción de infraestructuras esenciales, la estabilización monetaria, el saneamiento fiscal y la creación de empleo productivo, junto a un programa de asistencia temporal para atender urgencias sociales básicas. Con apoyo técnico y financiero de naciones democráticas, se establecerá un marco institucional transparente, competitivo y moderno que devuelva al ciudadano cubano el control de su destino económico y siente las bases para una prosperidad duradera.