Se basará en verdad, reparación y garantías de no repetición, bajo el principio irrenunciable de que no habrá reconciliación sin justicia. Se creará una Comisión Nacional de Verdad y Justicia para documentar públicamente los crímenes del régimen desde 1959, incluyendo asesinatos, torturas, encarcelamientos políticos y violaciones sistemáticas de derechos humanos. Se juzgará sin amnistías generales a los principales responsables políticos, militares y represivos por crímenes de lesa humanidad. Se garantizará reparación moral y material a las víctimas, con rehabilitación jurídica, compensaciones, restituciones y homenajes nacionales. Además, se desmantelarán los pilares represivos del sistema: el Partido Comunista será disuelto, las fuerzas armadas depuradas, el sistema judicial reformado y la educación cívica orientada a los valores republicanos. La justicia transicional será el puente ético entre dictadura y democracia, sin venganza, pero también sin olvido ni impunidad.